
Aquí va un "poutpourrí" de leseras que han pasado por mi cabeza en estos días... y que pueden dar para pensar a más de alguno que lee por aquí.
-El heladero
AmyLuna fue a comprar helados al por mayor con su madre (familia de 5 personas, presupuesto escaso, todo se compra al por mayor quirridi). Ve que en el local hay una máquina tragamonedas, de aquellas que hoy abundan por Santiago. Mientras espera que su madre pague los 10 mora crema, 10 cremino, 10 chirimoya alegre y 10 chocolito -que por cierto, con suerte durarán una semana en la casa-, llega uno de esos típicos heladeros que se pasea por las micros ofreciendo "Chocolito chirimoya a 100 los heladitos!!" (léase en tono popular, porque se ve harto fome escrito).
El heladero saca unas 7 monedas de su bolsillo. AmyLuna piensa que se dará un ratito de esparcimiento. Pero el heladero mete las 7 monedas juntas, aprieta unos botones... y pierde.
AmyLuna piensa(sí, a veces, gracias): "qué lata que se haya perdido el golpe de suerte... pero ahora seguro comprará más mercadería y se irá a vender otro rato para volver después". Craso error. El heladero saca otro montoncito de unas siete monedas, vuelve a meterlas todas, y vuelve a perder. El heladero queda mirando a AmyLuna y su cara de espanto, y dice "bueh, para otra vez será".
AmyLuna mientras saca cuentas: si los chirimoya, piña y mora crema valen 50 pesos, y los chocolito y cremino valen 70... debe vender 14 helados de los primeros, y como 23 de los segundos, para sacar esos 700 de ganancia que acababa de perder. Además jugó dos veces la misma cantidad ... o sea, tuvo que vender 28 lolys o 46 chocolitos... para ir a una máquina y perder todo en 5 minutos?
Con esa plata, podría haberse embriagado con dos cajas de vino charchas, podría haber comprado unos pancitos y jamón y comer algo rico, podría haberle llevado una rosa a la señora, no sé, tantas cosas (parecen esos cálculos tontos que dan en la tele cuando hay un premio millonario en juegos de azar: "usted podría comprar 1.356.789 tinas de baño si ganara!").
Pero prefirió meterlas en una máquina, y las perdió.
El juego en realidad es un vicio heavy. Quien haya ido alguna vez al casino lo habrá experimentado. Es rico cuando uno mete una monedita y la máquina te da 10, o 100, ó 1000! Sin embargo, las probabilidades de que eso ocurra son escasas, y antes de lograrlo puedes perder tanto 10, 100 ó 1000 en el intento... y sin ganar ni uno. Y por mucho que digan que esas máquinas son de destreza y no de azar -de más que lo son, una vez probé una y no caché na- sin duda que han introducido el "vicio" a estratos que no tenían acceso a los casinos tradicionales, y que quizás se juegan la plata para el pan, para el arroz, el detergente o la micro en la búsqueda de un golpe de suerte que les devuelva 2 luquitas en vez de 200 pesos... pero tras perder cuánto?
-La construcción
Al lado de la nueva oficina de AmyLuna (la pega se cambió de edificio, no es que AmyLuna se haya cambiado de pega) hay una construcción. En uno de esos clásicos ratos mirando el techo que suceden cuando uno no tiene ganas de trabajar, AmyLuna se dedicó a observar el quehacer de los obreros de al lado. La altura y la perspectiva le hizo pensar que los obreros se parecían mucho a las hormigas, moviéndose incesantemente, marcando caminos con sus cascos amarillos, acarreando bloques de hormigón. Y así mismo, comparado al tamaño de uno de ellos, sus construcciones son gigantescas. Claro que las hormigas construyen grandes estructuras de túneles bajo la tierra, y los obreros construyen grandes estructuras de fierros, cemento y vidrio sobre la tierra.
-La frívola
AmyLuna salió de su oficina, con su sueldo bajo el brazo, a comprar varios encargos y cosas pendientes que tenía. Esas vueltas de la vida la llevaron a los Dos caracoles de Providencia, donde abundan las niñitas taquilla, preocupadas de la ropa de moda, del mino del colegio, del carrete de fin de semana, etc. En el primer cuarto de vuelta que va hacia arriba, había dos de ellas conversando. Una de ellas se apoya en la baranda, mira hacia abajo, y le dice a la otra (léase en tono chillón y cuico) "Weona! Si me tiro de aquí... me mato?".
O sea!!
Es muy malo que la mente de AmyLuna haya respondido en silencio "Tírate y prueba?". O sea, no soy quién para ponerme a juzgar a nadie, todas tenemos nuestros momentos huecos y hemos hecho preguntas weonas... sólo que me da lata que haya taaanta superficialidad en las nuevas generaciones.
Cuando yo era chica y hacía alguna cagá, mis papás me retaban, alguna vez me llegó su "palmada en el poto", te orientaban, a veces aplicaban mano dura, me castigaban, y como siempre, creo que a la larga fue mejor (aclaro, estoy hablando en términos racionales, no hablo de sacarles la cresta a los cabros chicos porque no corresponde, antes que alguien me salga si estoy a favor del maltrato infantil y bla bla).
Pero ahora a los niños no se les puede decir nada: que se va a traumar, que lo estamos coartando, que hay que respetar su libertad de acción, a la primera actitud más dura de los papás el cabro chico recita el teléfono del "niño agredido"... pero por algo la niñez es una etapa de formación, y los padres son los responsables de eso!
Cómo serán los adultos del mañana, si no recibieron las guías necesarias?
Eso sería por hoy.
A ver si el otoño tiene el mismo efecto en otras personas... cuenten con este espacio para expresarlo.
QUE CIERTO GRAN CANTIDAD DE LAS COSAS QUE TU DICES... EN LO PERSONAL PARA MI TAMBIEN ESTA EPOCA ES SINONIMO DE INSTROSPECCION Y DEMASES.
TE SIGO LEYENDO BUEN BLOG SALUDOS ¡