25.4.06
La belleza de postear
Perdón por la demora en postear y mi poca interactividad en otros blogs, pero de tanto arrancar y arrancar de la pega, un día empezó a correr más rápido y me pilló... y me cayó encima con todo! Así que ando con el tiempo súper justo.

Primero vamos por los cachiporreos varios y avisos de utilidad pública:

-Hoy publiqué mi primer post en el Club De Lulú. Pueden revisarlo aquí.

-Mi súper tema de "Andar de barata por la vida" lo "tomaron prestado" del blog de la revista T Propongo, que se reparte a los clientes premium de Falabella. También pueden verlo aquí.

Claro que aprovecho la mención para enviarle un aviso a los editores: me gustaría que, en caso de haber una próxima, me avisaran "antes" de republicar algo mío y no "después" de hacerlo... pero bueh, es un asunto de ética periodística. Tengo que poner urgente una licencia Creative Commons.

-Tercero, rescataré para la ocasión un post que un día escribí para colaborar con un proyecto blog por ahí, pero como no me pescaron ni en bajada, aprovecho de publicarlo acá.

Vamos con: ¿Eterno Resplandor de Una Mente sin Recuerdos?

Recuerdos.

Recuerdo que cuando vi esa película, quedé pensando varios días. Para quienes no la hayan visto, les arruinaré un poco la sorpresa: Se trata de un chico (Jim Carrey, Joel) con una profunda desilusión amorosa, que se entera que además su ex novia (Kate Winslet, Clementine) había recurrido a un revolucionario tratamiento que borra los recuerdos que uno ya no quiere mantener.

Y así, Clementine ya no recordaba a Joel, ni su existencia y menos que había tenido una relación con él. Y Joel decide hacer lo mismo. Sin embargo, luego de borrarse mutuamente de sus mentes, ellos se encuentran, y se vuelven a sentir atraídos, y se vuelven a involucrar.

Y yo me quedé pensando.

¿Qué derecho tenemos de manipular con la ciencia los misteriosos hilos que mueven nuestras vidas? ¿Sacamos algo en realidad?

¿Qué sacamos con hacer avanzar la ciencia de esa forma, si al final Joel y Clementine "reseteados" se vuelven a encontrar, y vuelven a despertar sensaciones el uno en el otro?

¿Y qué pasa con el aprendizaje? ¿Cómo evitarán los errores que cometieron en su primera relación... si no la recuerdan?

Y hace poco, me encontré con el siguiente titular en el diario:

"Píldora pondría fin a los malos recuerdos"

Ciencia ficción aplicada.

El propanololol, medicamento usado actualmente para tratar la hipertensión, ha mostrado un interesante "efecto secundario". Cito:

"Neurólogos norteamericanos han conseguido reducir los efectos traumáticos de experiencias negativas pasadas en un grupo de pacientes utilizando un medicamento para la hipertensión. Según han demostrado, administrar propranolol a las víctimas de un trauma violento, evita el desarrollo del trauma por estrés postraumático (TPE, por sus siglas en inglés), por cuanto el medicamento modifica la forma en que los recuerdos son guardados en la mente, reduciendo el impacto negativo en la vida de las personas. "

Aclaran en la línea siguiente que la idea no es borrar los malos recuerdos, sino modificar la asociación negativa al guardarlos.

Sin embargo, ¿qué pasa con el "ensuciarse hace bien" que promocionan por ahí?

¿Nos hemos convertido en una sociedad tan cómoda que ni siquiera queremos tener malos recuerdos?

¿Qué pasará con nuestro desarrollo personal si nos evitamos estos "trances desagradables"?

¿Nos convertiremos en mejores personas si nos evitamos las malas experiencias?

¿O comenzaremos a relativizar el bien y el mal en la medida que no nos sintamos afectados por ellos?

Creo que por aquí va la respuesta.

Lo que es a mí, aléjenme a Lacuna, no me den el propanolol. Yo soy yo, con mis cosas buenas y malas, con los buenos recuerdos y con los difíciles. "Ensuciarse hace bien", sin duda. Y yo quiero seguir embarrándome hasta el cuello. Para aprender, para sacar enseñanzas de eso, para ser mejor persona. Para caer y levantarme, para volver a caer y levantarme otra vez, y seguir caminando ... con la frente en alto.
19.4.06
(Des) Inteligencia Emocional

¿Alguna vez se han encontrado en una situación aparentemente fácil de afrontar, pero que llegada la hora de hacerlo, los complica sobre manera, los pone nerviosos, les dan ganas de huir y definitivamente no saben cómo actuar ni manejar sus sentimientos y emociones ante ella?

Al menos yo sí. Por ejemplo, hace poco tuve que ir al velorio -o velatorio, como prefieran- y funeral de un cercano, quizás no tanto por parentesco pero sí por etapas vividas en común. Y lo difícil que fue para mí enfrentar esa experiencia, saludar a sus hijos y a su esposo, hacerme presente en ese momento, me llevó a pensar en este tema: la Inteligencia Emocional.

Vamos definiendo:

La primera aproximación a este concepto surgió en 1920 con la Inteligencia Social, del psicólogo Edward Thorndike, definida como "la habilidad para actuar sabiamente en las relaciones humanas".

El término volvió a escena en 1990, cuando los psicólogos de Harvard Peter Salovey y John Mayer definieron la Inteligencia Emocional ( IE de ahora en adelante) como:

"la habilidad para percibir, evaluar, comprender y expresar emociones, y la habilidad para regular estas emociones de modo de promover el crecimiento intelectual y emocional".


Y definitivamente se popularizó en 1995 cuando Daniel Goleman editó un libro sobre el tema. Él define la IE como:

"la capacidad de reconocer nuestros propios sentimientos y los ajenos, de motivarnos y de manejar bien las emociones, en nosotros mismos y en nuestras relaciones".


Goleman habla de cinco aptitudes emocionales, que son Auto-conocimiento, Auto-regulación y Motivación en lo que es Aptitud Personal; y Empatía y Habilidades Sociales en lo que es Aptitud Social.

Sin embargo, la psicología reconoce cuatro componentes principales de la IE:
- Percepción y Expresión Emocional: La capacidad para reconocer de forma consciente qué emociones sentimos y ser capaz de verbalizarlas.
-Facilitación Emocional: La capacidad de aplicar las emociones de forma positiva al pensamiento y razonamiento.
-Comprensión Emocional: Se refiere a la capacidad de entender lo que nos pasa a nivel emocional, haciéndonos conscientes de la complejidad del mundo interior. Se relaciona con la empatía, que se refiere a sintonizar con el otro poniéndonos en su lugar. Si no hemos vivido experiencias como las del otro, es difícil entenderlo completamente.
- Regulación Emocional: Es la capacidad para controlar las propias emociones y las de los demás, sobre todo en situaciones extremas como la ira o el miedo. También tiene que ver con controlar nuestro lado afectivo, para que no obstaculice nuestra forma de razonar.

Luego de toda esta introducción conceptual, la experiencia. Yo me considero súper ñurda emocionalmente. Soy malísima para demostrar afecto o para verbalizarlo, me cuesta "encajar" en los grupos, ante situaciones nuevas me pongo súper nerviosa. He llegado a pensar que si fuera muda, la vida se me haría más fácil, ya que no me quedaría otra que comunicarme con "cartelitos", como una eterna película muda... y comunicarme por escrito se me hace cien mil veces más fácil que comunicarme con palabras o gestos.

Esto en lo que es cariño por lo general, porque otras reacciones, aunque no las verbalice, mi cara las refleja automática e inconscientemente (mi profe de Taller I sección TV me desahució para siempre delante de las cámaras porque dijo que mis caras distraían a la gente del mensaje ... gesticulo demasiado).

Así, en este velorio y funeral al que fui ... cómo explicarlo. Me afectó realmente la muerte de esta tía, pero no me sentía libre como para llorar a mis anchas, porque pensaba que de todos modos no nos relacionábamos mucho. Tenía muchas ganas de abrazar a mis primos, no sé, hacerles sentir que ese dolor no era sólo de ellos. Sin embargo, una vez frente a ellos, no supe qué decir, sólo atiné a abrazarlos y tratar de darles ánimo, porque también pensaba que en una situación así, cualquiera de esas frases hechas ("ahora está descansando", "los va a cuidar desde arriba", "no somos nada", etc) te suenan a algo vacío y no reflejaban mi sentir.

Sin embargo, en mi búsqueda de información sobre el tema, encontré hasta un test. Lo hice, y no salí tan ñurda al parecer.

TEST:¿Tienes inteligencia emocional?

PUNTUACIÓN:40

Posees un gran equilibrio emocional. Sabes lo que quieres y cómo conseguirlo de forma adaptativa e inteligente. Tienes facilidad para conectar con los demás, adaptarte a situaciones diferentes, tolerar la frustración, resolver conflictos y aceptar las contrariedades de la vida. Esto te ayudará a ser más feliz y saborear mejor los diferentes aspectos que tiene la vida.


Otro tema que sale al respecto es la relación entre la Inteligencia Emocional y el Coeficiente Intelectual. En muchos lados se ve que las empresas estarían dando más importancia al primer factor, ya que facilita las relaciones interpersonales, el trabajo en equipo, etc etc. En cambio alguien muy inteligente, pero que no sabe trabajar bien con el resto ni controlar sus emociones bien, no será muy funcional para la empresa...

Bueno, eso sería por ahora. Si a alguien le interesa el tema, puede hacer el test que linkeé y que cuente cómo le va...

Y con o sin test... se sienten inteligentes emocionalmente?

*Fuentes:
Tupediatra.com
Consumer.es
Wikipedia
17.4.06
Ejem, ejem...

Porque siempre debe haber un espacio para el cachiporreo en esta vida...

Vean este link!

Muchas gracias a todos los que alguna vez votaron por mí...

Y gracias a las chiquillas del Club de Lulú que me han abierto la puerta para formar parte de su gran blog!

12.4.06
Andar de "barata" por la vida

No es andar en estado de liquidación permanente, regalándose al primero que se nos cruce por delante (aunque algunas lo practican de este modo).

No se refiere a andar vestida de negro riguroso (mi abuelita siempre decía que los matrimonios estaban llenos de "baratas" porque todas -o la gran mayoría- se visten de negro para estos eventos).

Tampoco se refiere a valorarse poco y considerarse "barata" en el entorno laboral, sentimental o familiar.

Este término lo descubrí ayer en la Revista Ya. Porque no sólo me leo la columna de la Consueldo Aldunate (que antes no me gustaba, pero parece que la vejentud me ha hecho más tolerante y hasta la encuentro buena...), sino que también leo al resto de las personas que escribe en este suplemento. Y ayer la sicóloga Paula Serrano me sorprendió con este término, y al fin mi vida tomó sentido (jajaja... no sé si tanto, pero le encontré explicación a muchas cosas).

Copio textualmente esta explicación magistral:

"El estado de barata es algo que nos sobreviene a las mujeres con frecuencia y que es una caída a piso, un reptar por los suelos mirando a todos los demás como enormes y espléndidos mientras nosotros somos sólo eso: un insecto a ras de suelo que se siente inútil, maltratado, que ha perdido toda confianza en sí mismo, que siente que es un fracaso redomado, que todos lo hacen mejor que ella, que es fea, tonta, incapaz de provocar afecto o admiración. En resumen, una barata. ¿Quién quiere ser amiga de una barata o besarla o convidarla a una fiesta o proponerle dar una conferencia? Nadie en el planeta lo haría. Entonces, esa mujer que se siente barata siente exactamente que es la única sobre la tierra de los humanos que tiene esta condición semi asquerosa, semi invisible. Esconderse parece la única solución a la existencia.

Lo curioso de este estado es que surge de repente y pasa rápido. Generalmente es provocado por algún pequeño hecho de la vida, relacionado comúnmente con la exclusión y respaldado siempre por algún estado hormonal o biológico imperceptible".

Con este fenómeno sicológico toman sentido esos días en los que una amanece, se mira al espejo y se encuentra fea, cuando no dan ganas de arreglarse porque pongas lo que te pongas te ves mal, cuando ves a un conocido en el metro y le rehúyes la mirada o te cambias de vagón, sólo porque no tienes ganas de saludar a nadie. Cuando sientes que no hay caso en que el pelo te quede como quieres, cuando te da la idea que justo hoy don Murphy y su famosa ley se están dedicando a hacerte alguna especie de cámara indiscreta, cuando nada te resulta y sientes que todo el mundo tiene como tarea hacerte la vida imposible por un día.

Hay que reconocer que en "aquellos días" en los que el género masculino felizmente nos recluiría en una isla, por lo general andamos más susceptibles a este estado de barata. Aunque también hay quienes un amanecer nublado les provoca este estado, o la lluvia, o la caña, o alguna penita oculta por ahí...

¿A quién no le ha pasado? Quizás sólo a la Kathy Barriga. (jajajaja, quien haya visto La Granja VIP podría compartir la opinión de la Pamela Díaz que decía que no se explicaba que esta mina anduviera siempre happy).

Quizás la Maca Pizarro amanezca de barata hoy luego de todos los condoros que se mandó anoche conduciendo la entrega de premios Altazor. Quizás también la Francisca Lewin, a la que la Maca Pizarro llamó al escenario y anunció ganadora del premio de mejor actriz de cine, cuando la ganadora era en realidad Blanca Lewin.

Quizás muchos de mis lectores/as amanezcan de baratas hoy con el cielo tapado de nubes. Pero ¡ánimo! Al menos ahora podemos tener una explicación para nuestra cara:




"No me wevees, ando barata".




PD: Recuerdan que hace poco escribí sobre mi "ídola" Ximena Torres Cautivo y no concitó mucho apoyo? Pues bien, hace un par de días me llegó un comment de Ignacia Hofmann Torres... saquen sus conclusiones, es su hija. Y defendió mucho a su madre de todo lo que ustedes escribieron de ella (yo habría hecho lo mismo por mi mamá). Si quieren saber qué dijo, lean los comments del post correspondiente. Para que vean la trascendencia de los blogs... estamos vigilados!


6.4.06
Reflexiones de otoño
Aunque el otoño ha tenido más de verano que de nada, de todas formas la baja de las temperaturas, el aumento de horas de oscuridad, el viento que corre por las tardes, la vuelta a la rutina luego de las vacaciones... todo confabula para tener más horas de introspección, para volvernos más observadores, para pensar un poquito más.

Aquí va un "poutpourrí" de leseras que han pasado por mi cabeza en estos días... y que pueden dar para pensar a más de alguno que lee por aquí.

-El heladero

AmyLuna fue a comprar helados al por mayor con su madre (familia de 5 personas, presupuesto escaso, todo se compra al por mayor quirridi). Ve que en el local hay una máquina tragamonedas, de aquellas que hoy abundan por Santiago. Mientras espera que su madre pague los 10 mora crema, 10 cremino, 10 chirimoya alegre y 10 chocolito -que por cierto, con suerte durarán una semana en la casa-, llega uno de esos típicos heladeros que se pasea por las micros ofreciendo "Chocolito chirimoya a 100 los heladitos!!" (léase en tono popular, porque se ve harto fome escrito).

El heladero saca unas 7 monedas de su bolsillo. AmyLuna piensa que se dará un ratito de esparcimiento. Pero el heladero mete las 7 monedas juntas, aprieta unos botones... y pierde.

AmyLuna piensa(sí, a veces, gracias): "qué lata que se haya perdido el golpe de suerte... pero ahora seguro comprará más mercadería y se irá a vender otro rato para volver después". Craso error. El heladero saca otro montoncito de unas siete monedas, vuelve a meterlas todas, y vuelve a perder. El heladero queda mirando a AmyLuna y su cara de espanto, y dice "bueh, para otra vez será".

AmyLuna mientras saca cuentas: si los chirimoya, piña y mora crema valen 50 pesos, y los chocolito y cremino valen 70... debe vender 14 helados de los primeros, y como 23 de los segundos, para sacar esos 700 de ganancia que acababa de perder. Además jugó dos veces la misma cantidad ... o sea, tuvo que vender 28 lolys o 46 chocolitos... para ir a una máquina y perder todo en 5 minutos?

Con esa plata, podría haberse embriagado con dos cajas de vino charchas, podría haber comprado unos pancitos y jamón y comer algo rico, podría haberle llevado una rosa a la señora, no sé, tantas cosas (parecen esos cálculos tontos que dan en la tele cuando hay un premio millonario en juegos de azar: "usted podría comprar 1.356.789 tinas de baño si ganara!").

Pero prefirió meterlas en una máquina, y las perdió.

El juego en realidad es un vicio heavy. Quien haya ido alguna vez al casino lo habrá experimentado. Es rico cuando uno mete una monedita y la máquina te da 10, o 100, ó 1000! Sin embargo, las probabilidades de que eso ocurra son escasas, y antes de lograrlo puedes perder tanto 10, 100 ó 1000 en el intento... y sin ganar ni uno. Y por mucho que digan que esas máquinas son de destreza y no de azar -de más que lo son, una vez probé una y no caché na- sin duda que han introducido el "vicio" a estratos que no tenían acceso a los casinos tradicionales, y que quizás se juegan la plata para el pan, para el arroz, el detergente o la micro en la búsqueda de un golpe de suerte que les devuelva 2 luquitas en vez de 200 pesos... pero tras perder cuánto?

-La construcción

Al lado de la nueva oficina de AmyLuna (la pega se cambió de edificio, no es que AmyLuna se haya cambiado de pega) hay una construcción. En uno de esos clásicos ratos mirando el techo que suceden cuando uno no tiene ganas de trabajar, AmyLuna se dedicó a observar el quehacer de los obreros de al lado. La altura y la perspectiva le hizo pensar que los obreros se parecían mucho a las hormigas, moviéndose incesantemente, marcando caminos con sus cascos amarillos, acarreando bloques de hormigón. Y así mismo, comparado al tamaño de uno de ellos, sus construcciones son gigantescas. Claro que las hormigas construyen grandes estructuras de túneles bajo la tierra, y los obreros construyen grandes estructuras de fierros, cemento y vidrio sobre la tierra.

-La frívola

AmyLuna salió de su oficina, con su sueldo bajo el brazo, a comprar varios encargos y cosas pendientes que tenía. Esas vueltas de la vida la llevaron a los Dos caracoles de Providencia, donde abundan las niñitas taquilla, preocupadas de la ropa de moda, del mino del colegio, del carrete de fin de semana, etc. En el primer cuarto de vuelta que va hacia arriba, había dos de ellas conversando. Una de ellas se apoya en la baranda, mira hacia abajo, y le dice a la otra (léase en tono chillón y cuico) "Weona! Si me tiro de aquí... me mato?".

O sea!!

Es muy malo que la mente de AmyLuna haya respondido en silencio "Tírate y prueba?". O sea, no soy quién para ponerme a juzgar a nadie, todas tenemos nuestros momentos huecos y hemos hecho preguntas weonas... sólo que me da lata que haya taaanta superficialidad en las nuevas generaciones.

Cuando yo era chica y hacía alguna cagá, mis papás me retaban, alguna vez me llegó su "palmada en el poto", te orientaban, a veces aplicaban mano dura, me castigaban, y como siempre, creo que a la larga fue mejor (aclaro, estoy hablando en términos racionales, no hablo de sacarles la cresta a los cabros chicos porque no corresponde, antes que alguien me salga si estoy a favor del maltrato infantil y bla bla).

Pero ahora a los niños no se les puede decir nada: que se va a traumar, que lo estamos coartando, que hay que respetar su libertad de acción, a la primera actitud más dura de los papás el cabro chico recita el teléfono del "niño agredido"... pero por algo la niñez es una etapa de formación, y los padres son los responsables de eso!

Cómo serán los adultos del mañana, si no recibieron las guías necesarias?

Eso sería por hoy.

A ver si el otoño tiene el mismo efecto en otras personas... cuenten con este espacio para expresarlo.
4.4.06
Adicción al amor?
Estoy suscrita a los titulares de un sitio/medio español buenísimo y absolutamente recomendable: Consumer.es. Lo dirige una asociación de consumidores españoles y es completísimo, tiene temas de nutrición, psicología, "bricolaje", noticias, recetas, y un largo etcétera.

Luego de las recomendaciones, paso al tema de esta vez. En uno de los mails vi el siguiente titular: Obsesión por la pareja. Y me entró la curiosidad.

Cuando uno empieza una relación, siempre quiere pasar todo el tiempo con la pareja, aprovecha cada minuto libre y hace viajes increíbles con tal de estar con "él" o "ella". Sin embargo, cuando el tiempo pasa, las revoluciones bajan y la relación sigue un camino más apacible. O al menos eso es lo normal.

Pero existen algunas personas que no bajan las revoluciones. Que necesitan de la otra persona, que sólo se sienten validados con ella, tiene muy baja autoestima y por sobre todo un enorme miedo a la soledad. Estas personas son adictas al amor, una enfermedad que los sicólogos han reconocido como una adicción sin sustancias, y que por supuesto requiere tratamiento.

El artículo en cuestión, que recomiendo a ojos cerrados, dice que las personas que padecen esta obsesión presentan las siguientes características comunes:

- Necesitan excesivamente la aprobación de los demás y caerles bien.
- Sienten una baja autoestima, debido a que han sufrido relaciones afectivas insatisfactorias a lo largo de su vida.
- Sitúan a la pareja en el primer lugar de su vida, con muchísima diferencia.
- Se ilusionan y fantasean enormemente al comienzo de una relación o con la aparición de una persona que creen interesante.
- Suelen adoptar posiciones subordinadas en las relaciones.
- La ruptura les supone un auténtico trauma, pero sus deseos de tener una relación son tan grandes que buscan pronto a otra persona.
- No siempre son selectivos porque les urge tener una pareja.
- Buscan una posición dominante en la pareja.

Así muchas relaciones traumáticas podrían encontrar su explicación. Uno de los psicólogos citados en el artículo dice: "Cuando una persona se obsesiona, se instala en una relación depresiva o vive el amor tormentosamente, no es debido al amor ni a la otra persona. La causa se encuentra en una serie de elementos subyacentes que tiene el paciente".

Creo que es importante reconocerlo así. Al igual que los celos, el amor obsesivo es un elemento que puede dañar mucho una bonita relación. Otro de los sicólogos citados lo explica de esta forma: "El adicto al amor se instala en la etapa pasional, perpetuándola indefinidamente de manera ansiosa e inmadura, comportándose dentro de la relación como un drogodependiente lo haría con la droga".

Esta obsesión también se identifica con la dependencia emocional.

Quizás sea rico decir que el amor es nuestra droga y calma nuestras aflicciones.

Pero ¿dónde están los límites? ¿Quién los pone?

Es importante que tengamos una autoimagen lo suficientemente fuerte para poder relacionarnos con nuestra pareja como un complemento y no como una necesidad. Lo digo porque de alguna forma lo he vivido: las inseguridades y los rollos propios nos llevan a asfixiar al otro. No podemos encontrar en él/ella algo que nosotros mismos no tenemos: la aceptación de nuestros defectos y virtudes, de quiénes somos al fin y al cabo.

Además, ¿cómo vive el otro esta obsesión? Seguramente no debe ser nada agradable y no debe ayudar en lo absoluto al desarrollo de una relación.

Son adictos/adictas al amor?
Por qué sí, por qué no?
Cómo lograr un equilibrio?

Opinen!