21.3.07
Marzitis!
Sí, I know, estaba desaparecida (para variar). Y no es por haberme perdido en el Transantiago, ni la vuelta a clases (hace años que no vuelvo a clases), ni el pago de patentes (mi auto ni anda y va a tener los papeles al día). Simplemente fui abducida por los deberes. Primero vacaciones, luego vuelta a la pega, la pega, la pega, la pega ... Pero bueh, las excusas pueden ser muchas y es mejor taparlas con hechos. Espero pronto poder volver a leerlos y a escribir tan regularmente como lo hacía el año pasado.

Y para variar un poco el enfoque pesimista que nos rodea hoy en día, me quedé pensando: ¿Qué es lo mejor de marzo?

Lo más fácil de recordar y destacar siempre es lo negativo: el fin de las vacaciones, la vuelta a clases, el cambio de hora, las cuentas, etc etc. ¿Y lo positivo cuándo?

A mí me gusta marzo. En marzo salen los primeros membrillos, una de mis frutas favoritas. Me lleva de vuelta a la infancia, cuando esperaba que mi mamá llegara de la feria con los primeros membrillos del año para echarlos a mi mochila y comérmelos de colación, obviamente con la sal correspondiente (pasaba perdiendo saleros, así que al final andaba con la sal en una servilleta). Como soy atravesada para todo, en realidad no me gustan los membrillos machucados (ni ninguna fruta pifiada), así que tenía que andarlos salvando de la manía de compañeros y compañeras de aporrearlos. Ahora, ya "vieja", sigo disfrutando de los membrillos: aluciné la primera mañana en que, camino a la oficina, vi un puesto en la calle con un cajón lleno de relucientes membrillos. Golosa, compré dos al tiro. Y el carnet (y las operaciones) me pasaron la cuenta: ahora me hacen un efecto como "membrillolax", snif! Pero soy porfiada e igual he seguido comiendo (aunque procuro estar en un lugar con baño durante la hora siguiente).

En marzo se cambia la hora. Una lata porque oscurece más temprano, pero la noche del primer cambio de hora es mágica: te permite tener la fiesta más larga del año, abusando de la confusión "¿hora antigua u hora nueva?"

En marzo comienza el otoño. Claro, una lata para las dueñas de casa y barrenderos andar correteando hojas todo el día ... pero díganme que no es lindo cuando las calles empiezan a tomar ese tono dorado característico, y cuando el calor empieza a ceder a las corrientes de viento ... y ahora con mi bonsai propio y el que estoy cuidando, que son arces japónicos, espero poder ver el espectáculo de sus pequeñas hojitas en tonos rojos.

En marzo siempre hay muchos cumpleaños, gracias a las cucharitas invernales.

También marzo es el mes de liquidaciones y cambios de temporada, así que podemos comprar ropa de verano muy barata y estrenarla o guardarla para el próximo, y a la vez, vemos la ropa que buscaremos comprar cuando termine el invierno. Y planeamos "esos zapatos me harán falta este invierno" o "ese abrigo quedará ideal con lo que me compré el año pasado".

Después del caluroso enero que nos mantiene las neuronas atontadas, y del escurridizo febero que nos tiene pensando sólo en huir a cualquier lugar ... marzo es el mes en que realmente comienza el año, el mes en que se planea qué hacer durante los 9 meses siguientes y el mes en qué decimos "ya, manos a la obra".

Y así, entre mis propósitos de marzo, me dije "es hora de retomar el blog". Y aquí estoy ... es lo que hay.

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