
Es increíble como nuestros quehaceres nos consumen. Vivimos preocupados de "hacer", de nuestras pegas, de nuestras parejas, de nuestros amigos. Y a veces darse un espacio a uno mismo, como es para mí escribir este blog, cuesta un mundo.
Me di cuenta que puedo contar meses desde la última vez que recuerdo que me pinté las uñas. Sólo media hora necesito para hacerme ese cariñito... y no he sido capaz de dármela.
Me di cuenta que opté por la depilación con cera porque implica un "hacer" que me es más cómodo. Ir a la peluquería, tirarse en la camilla, exponerse a la tortura caliente, pagar e irse. Ya no me doy esos "domingos para mí" en los que me levantaba temprano, me duchaba, me aplicaba un masaje de henna en el pelo, y cuidaba cada detallito de mi apariencia. Creo que también puedo contar al menos un par de meses desde la última vez que lo hice.
Me di cuenta de que me sobra tiempo en la pega y me falta tiempo para mí. Ayer tenía el concierto de un amigo a beneficio del proyecto de sus sueños, y no fui capaz de ir. Estaba agotada, y me vi pensando en cuán cómodas serían las sillas del lugar como para dormirme el concierto. Patético.
Me di cuenta que cada día me duermo más profundo en esa hora que demora la micro entre mi casa y el trabajo, entre el trabajo y la casa (redondeando distancias). Ya tomé la hora de trayecto como una hora adicional de sueño. Y aunque hace poco me compré (pirateado) el libro "Masones y Templarios", de un tema que me encanta, el libro ha paseado todos estos días en mi cartera y poco avanzo en su lectura. Pensar que el Código Da Vinci lo leí en unas horas...

Pienso en la lluvia que se avecina y recuerdo aquellas tardes de estudiante ociosa, en que me gustaba pasear por el medio del Paseo Ahumada cuando llovía, disfrutando la amplitud mientras la gente se agolpaba bajo los techos de las tiendas y chocaba sus paraguas...
(Siempre he odiado los paraguas).
De todos modos, no me puedo quejar por mi cansancio.
Me gusta haber reemplazado los domingos de cuidado personal en solitario, por desayunos en la cama y ver TV cable abrazadita de la persona que amo. Esas horas en pareja son mucho más valiosas (sobre todo si dice que le da lo mismo dormir con un osito de peluche invernal).
Me gusta perder horas de sueño por darme el gusto de ver mi serie favorita en TV abierta (no tengo cable en mi casa) : CSI. Menos mal que ahora la darán más temprano, en todo caso.
Me gusta que las horas extra en la pega se hayan visto recompensadas ($$$), y que la abogada más seca del estudio haya apreciado mi trabajo y haya venido personalmente a felicitarme.
Me gusta pensar que mi mamá crea que merezco ser millonaria y haya llamado a Canal 13 por mí. Más me gusta que de Canal 13 la hayan pescado, me hayan contactado, y haber pasado su prueba de selección. Tengo de aquí a octubre para ver si tengo la posibilidad de "darle el palo al gato" (siempre y cuando pueda modular en público, como me alegó mi gemelo del mal).

Me gusta requeterecontra cansarme por cumplir mi objetivo de ir al gym todos los días, para así cumplir los 25 con una apariencia algo más digna.
Me gusta pensar que en un par de semanas llegaré al cuarto de siglo, probablemente sin cumplir muchas de las metas que me había propuesto para esta edad, pero también mucho mejor de lo que -siendo realista- hubiera esperado. Y doy gracias por eso.
PD: Perdón a los que no están acostumbrados a posts míos "personalistas", pero a veces es necesario.
La foto del atardecer la saqué del sitio de la Embajada de Chile en Noruega.
Un respiro...
Me gusto tu post..esta bueno..a veces me siento así..ahora ultimo me siento así...lo peor de todo que me consume algo que no me gusta, esa desmotivación me esta matando de a poco...que lata...ojalá pudiera hacerme un tiempo, de hecho me lo hago, pero por alguna razon no estoy disfrutando.-
Besos.-
P.D: Pucha..yo tb quiero ir a quien quiere ser millonario.