
Los conozco desde chica. Mi papá y mi abuelo trabajaban en el centro, y me llevaban al que quedaba en calle Agustinas. Es tradición familiar pedir la vienesa completa -como la de la foto- acompañada de ... una leche con plátano!
Cuando volví de Antofagasta a estudiar, me junté con una prima con la que habíamos sido compañeras de colegio ... y la primera invitación que recibí fue a uno de estos locales, a seguir la tradición. La atención grata y rápida que los caracteriza sirve para comer rápidamente, antes de pie, ahora en un taburete alto; también para entablar buenas conversaciones, que se funden en el sonido ambiente que llena estos siempre poblados locales.

Hoy fue un día duro. Incertidumbre con la isapre y mi cuenta del hospital, llenar un cheque con 6 ceros que espero no se deba cobrar, pelearme por teléfono con una seudo colega que publicará en su revista económica especializada una nota sobre los socios fundadores del estudio de abogados en que trabajo, conseguir una foto que parecía imposible de conseguir. El hambre me mataba. Mi hombre me vino a buscar, y fuimos por algo reconfortante: al Dominó.
Una vez frente al completo, todo se olvida. Se requiere concentración total para abarcar la grandeza de esta preparación y no botar una miga ni chorrearse mucho. Los sabores te absorben, la mente en blanco ... sólo disfrutas. Una mascada por el costado, la segunda por el otro, cuidado con el tomate! masca rápido, mira por atrás que se está cayendo, mmm que está rica la salsa verde, se desarma la torre de ingredientes a la cuarta mascada, colapsa parte del tomate que va a dar al plato y la mesa, quinta mascada tratando de ordenar el naipe, cae el jugo por las manos, estas servilletas son tan malas!, la desconcentración fue fatal y ocurre el segundo derrumbe, octava mascada tratando de aprovechar todo y terminar luego, una mascada por arriba y luego... paf! el conchito a la boca.
Todo solucionado.
Ni que nos hubiéramos leido la mente. Escribí mi post antes de entrar al tuyo que fue de...completo y que me muero de ganas de comerme uno con mayonesa casera y tomate de verdad, con el pancito de panaderia calientito, ufff!
Un agrado compartir tan glamorosa avenida, por allá en la comuna de Las Condes. El café tambien exquisito y las compras lucidas hoy a la perfección! jeje
Fui la envidia de la jefa.-
Ah! de la isapre: que paguen! pa eso ganan mucha plata...
saludos
pd: en una de esas, la proxima en el Dominó!