12.8.07
Fin de semana de mierrr ... (o la cartera maldita)
Todo comenzó el viernes temprano, cuando decidí estrenar mi cartera nueva ultra topis original colorinche de 3.990 comprada en las liquidaciones de cachureos del Omnium.

Eché lo imprescindible en ella (billetera con documentos-tarjetas bancarias-tarjetas de descuento-boletas varias, monedero, cámara digital con pilas recargables de repuesto, estuche con cargador y cable del mp4 más el pendrive del magister, estuche con mis lápices tinta gel de colores-lápices con olor-lápices regalones, libretita de apuntes, cosmetiquero con rimmel de gel-rimmel negro-delineador café-lápiz sombra ídem-juego de sombras en el tono-rubor tostado-labial café-labial terracota-labial piel-jabón higienic-cepillo de dientes-pasta mini-chapstick-encrespador, celular, tarjeta bip, multivías por si se me pierde la bip... bueno, lo imprescindible) y me dispuse a cerrarla ... damn! El cierre era mañoso. MUY mañoso. Mi papá me dijo "Cámbiala mejor..." y yo obedientemente dije "naaaa....!"

El día transcurrió tranquilo.Como todos los viernes me fui temprano de la ofi, de ahí a los masajes (hay que regalonearse no?), de ahí a dormir siesta (no me envidien) y luego a una junta con mis queridas lulús. En el intertanto, la cartera se lució. Su cierre mañoso-traicionero me molestó todo el día, en un momento incluso me dije "el cierre cagó", pues se salió y quedó a un puro lado ... y a lo más MacGyver en dos estaciones de metro y sólo con mis manitos lo puse de nuevo y logré dejar la cartera bien cerrada.

La cita era a las 19:30 en el Ruby Tuesday de Isidora. Fuimos 4, copuchamos harto, comimos "como señoritas" (zaaaaa!) y a las 21:30 estábamos listas. Llevé la cámara por las puras porque no inmortalizamos ningún momento. Verifiqué no haber quedado en nada con mi "este" y me fui no más. No era tan tarde para irme a mi hogar en Huechuraba. Había sido un día tranquilo. Hasta me había mandado mis buenas acciones: ayudé a una señora con guagua abrochándole los cordones de las zapatillas e hice parar una micro que no me servía para gente que no conocía.

Dado lo mañoso de mi cartera, decidí echarme al bolsillo los artículos "de primera necesidad", por si me traicionaba otra vez y quedaba abierta forever -arriesgando su contenido- o no la podía abrir nunca más. Celular, MP4, tarjeta bip, monedero con mi efectivo y tarjeta redcompra a la mano.

Llegué al paradero y comenzó la espera. Una micro ... no me servía. Dos, tres, cuatro, cinco. Media hora de espera. Al fin llegó una micro que me sirviera. Me subí e hice mi viaje bien relax escuchando el soundtrack de Grey's Anatomy. Me bajé cerca de las 11 pm en Vespucio, afuera del mall Plaza Norte, con mi cartera en una mano, la bolsa con compras y mi libro de usabilidad web "No me hagas pensar" en la otra, y me dispuse a hacer mi recorrido de cada noche.

Atravesé el estacionamiento del mall. No se veía gente. Doblé a la calle que comunica el mall con mi villa. A los pocos pasos algo hizo que me quitara los audífonos. Miré al suelo y vi una sombra corriendo hacia mí. "Cagué" fue lo único que pensé.

Antes de que me alcanzara, paré y me di vuelta, enfrentándolo. Era bajo -de mi porte-, moreno, robusto, de manos toscas, con un gorro y una chaqueta que sólo dejaban ver sus ojos llenos de rabia.

-¡Suelta la cartera conchetumadre!

Pero con ese segundo de ventaja que había tenido para prepararme mentalmente me envalentoné. Y no solté. Y me puse a gritar. Como desaforada.
- ¡¡¡Me están asaltaaandooooooooo!!!

Grité eso y mucho más, cosas con y sin sentido, hasta que sentí la garganta tibia, mientras seguía forcejeando. Estaba al lado del Homecenter y mi papá trabajaba esa noche. Sabía que había gente ahí dentro. Seguí gritando.

Él hizo ademán de sacar algo de su chaqueta y me enterró su puño en el costado. Vi que sólo me quería amedrentar, que no tenía nada, y seguí forcejeando, aunque él me empujaba hacia atrás. Me garabateaba y tironeaba. Nadie salía.

Seguí tirando y tirando, gritando y gritando, hasta que la cartera no dio más y quedé con las manillas en la mano, mientras el resto de mi cartera, con mis cosas, se alejaba de mí en brazos del madafaka. Corrí detrás de él, pero los tacos, los gritos y los forcejeos previos me jugaron en contra. No daba más, y lo perdí.
Me di vuelta y vi que había aparecido un guardia del mall.

- Llame a los carabineros!!!

- NO PUEDO

Quedé lela. ¡Cómo que no podía! Frustrada, dolida, cansada.
Así que el ladrón se llevó la maldita cartera. Con mi cámara. Mis documentos. Mi cosmetiquero. Los accesorios de mi mp4. Los lápices bonitos que me regaló el Álvaro pal magister. Y el guardia "no podía" llamar a los carabineros. Nadie haría nada.

Se llevó mi fin de semana de descanso, y el tiempo valioso de la semana que tendré que gastar sacando documentos de nuevo. Se llevó mi productividad, pues terminé con la mano izquierda -ahí llevaba la cartera- enyesada por lesiones en las partes blandas (un gran moretón con huevo sobre mi mano, dolor en todo el brazo). Se llevó mis rutinas, pues hacer mi camino de siempre para volver a la casa nunca será lo mismo. Se llevó mi seguridad, pues ya no podré caminar tranquila sin apretar mi cartera y mirar todo el tiempo a los lados y atrás.

Recordé mis bolsillos. Rompí el cierre tratando de sacar el celular con mis manos tiritonas. Llamé a mi papá. No podía hablar. Hasta que me salió:

-Me asaltaron. Aquí afuera. Y se llevaron mi maldita cartera.

Epílogo: Mi papá me llevó a recorrer los alrededores en el auto y no había señas del desgraciado. Fui a la comisaría a poner la denuncia, cero urgimiento, me hicieron llenar un montón de papeles y adiós. Mi papá quedó con una tincada. Cuando salió de la pega en la mañana, fue al sitio eriazo que hay cruzando la calle. Encontró los restos de mi cartera, varios de mis papeles abiertos, trajinados. El estuche de mi cámara. Un par de fotos. Mi carnet de donante. Mi libreta de apuntes. Mis ticket restaurant manchados con sangre, al igual que el exterior de mi cartera. Ojalá se haya herido con los alambres de púas oxidados que medio cierran el sitio eriazo donde arrancó con mis cosas. Ojalá lo menos que se agarre sea tétanos. Ojalá.

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Otra volada de * A m y L u n a * a las 1:10 a. m.



¿Qué dice el público?


  • A las 2:19 a. m., Blogger Verónica escribió...

    Uff, tal como te posteaba en otro sitio, ¡Pucha que da rabia!
    Pero bueno, ya pasó y lo importante es que estás bien, porque las lesiones pudieron ser peores.

    Ánimo y tranqui.


    Saludos.

     
  • A las 8:57 a. m., Blogger Isoldita escribió...

    hola!
    pasaba por aquí y me encontré con ese post, pucha que da rabia! en too caso no es culpa de la pobreee cartera sino de ese gil y no rabes tanto y menos pelees tanto podría pasar cualquier cosa con esos tipos...
    En fin... Te quitaron la cartera y otras cosas, pero no dejes que te quiten tus ruinas y tu tranquilidad, no vale la pena andar asustado por la vida, así no se puede vivir.
    Eso y ánimo, para poner al día todos los papeles...
    Saludos!
    *.

     
  • A las 10:56 a. m., Blogger danieLa® escribió...

    Puchis Carola, creo que no es necesario haber pasado por una experiencia similar como para poder entender toda la rabia e impotencia que sentiste en el minuto, y que de seguro sigues sintiendo.

    Una vez me robaron la billetera acá en el centro, pero ahí claramente fue culpa mía. Nadie puede caminar por pleno centro con la mochila de cuero colgada a la espalda, y creer que nada le va a pasar. Igual fue hace más de cinco años, cuando aún las noticias no mostraban tanta delincuencia, y yo no trabajaba por acá como pa cachar que estos tipos "hacen bien su pega".

    Como te posteaba en el flog, por suerte no te pasó nada más grave a ti, porque fue entre valiente y arriesgada tu reacción. Es que debe ser indignante ver que un picante que con cueva modula se esté llevando TUS cosas.

    Nada pues, cuídate mucho y ojalá que tu manita se recupere pronto.

     
  • A las 2:21 p. m., Blogger eat-desserts escribió...

    lo lamento por la camara fotográfica pero pudo haber sido una historia trágica y bueno, no hay q pensar más en lo que podríamos haber hecho...ahora a encomendarse a los santos angeles custodios todos, para que nos hagan llegar a casa todos los días a salvo. Ni siquiera andar en auto te da tranquilidad...por eso a encomendarse no más.

    abrazos y a cuidarse esa mano
    nos vemos

     
  • A las 4:10 a. m., Blogger Monchi's escribió...

    A mi tb me han asaltado asi, y yo tb he defendido mis bienes, con tanta cueva que los mangos nunca cedieron, el tipo trataba de correr y yo colgada atraz en una calle llena de gente un viernes a medio dia. Finalmente gane.
    Pero el año pasado me robaron la vida en Barcelona, y como si todo fuera poco (pasaporte, camara fotografica celular y etc etc) Llamaron por el celular en el transcurso de una hora el equivalente a 200 lucas, porque llamaron a Argelia y estados unidos. Como los numeros aparecen, se los di a los pacos para que buscaran por ahi (decia yo) pero en fin... decia yo.
    Besos

     
  • A las 3:57 p. m., Blogger Solo_Dalia escribió...

    Pucha que mala, igual que bueno que lo puedas relatar con humor... lo peor de todo es la impotencia que se siente supongo...
    y los carabineros, osea, no salvan a nadie...

     
  • A las 10:08 p. m., Anonymous Anónimo escribió...

    Hola
    Pasaba por acá de intrusa y vi tu posteo...y ufffffff, como te entiendo...a mi hace algunos años atrás me asaltaron en General Velasquez con Avenida Central...fue horrible...la impotencia de ver como un tipejo invade tu privacidad sin asco...en fin, me robo mi cartera regalona...con todas mis cosillas..frutos de mi esfuerzo...en el juzgado no logré nada...el tipo siguió impune siendo que lo identifique y hasta en la tele salio...grrrrrrrr, que mala nota.
    Moraleja nunca andes hasta tan tarde sola...es preferible gastar unos pesitos extras en un taxi y no arriegar tu integridad, pudo ser peor...cuidate, en ese sector hay demasiada gente mala...
    Besitos.
    Marilú

     
  • A las 5:25 p. m., Blogger Mikael escribió...

    Hola. Bueno, como te decía, que bueno que sólo tu mano resultó dañada. Que bueno que en Santiago no son tan violentos como en otros países, donde matan por tan poca cosa.

    Así que alégrate, que yo me alegro, de estar en una ciudad así, a pesar de. Todo lo material es recuperable. Cuidate y que mejores :)

     
  • A las 6:35 p. m., Anonymous Anónimo escribió...

    Increíble como las minas llevan DE TODO en su cartera. Que envidia.
    Great post!