5.9.07
Chulerías del chileno
Ahora que comenzó septiembre, las ventanas ya están emperifolladas con los papeles tricolores y las banderitas plásticas, nos bombardean con avisos de parrillas y carbón, nos suben la carne y las cebollas (por lo menos a $1.500 las empanadas buenas este 18, lo dice AmyLuna, su bruja regalona), me gustaría "dentrar" a analizar algunas características de los habitantes de esta larga y angosta faja de tierra, habitualmente llamadas "picanterías", que hacen del chileno medio un "chulo" de tomo y lomo.

La pillería:

Por estos días me he reído con ganas de aquel rumor que dice que haciéndole "shhht!" al tag en el momento de pasar bajo un pórtico, evades el cobro ... jajaja! Con suerte evitas escuchar el bip, pero difícil que hacer callar al tag, o hablarle de lo difícil que está la cosa, haga que se conmueva y evite que la autopista haga el cobro correspondiente a la pasada ... y en último caso, si el pórtico no detectara el tag, sería peor porque llegaría a la casa el lindo parte por circular por autopistas concesionadas sin el dispositivo correspondiente ...


No faltan los que le han puesto CDs encima al tag, o que modifican las patentes con huincha aislante. Igual que la época en que se decía que con un CD en el parabrisas se evitaban los "pistoleos" de los controles de velocidad de los pacos en la carretera ...

Los chilenos que viajen a Europa deben saber de esa manía por juntar monedas de $100 "de las nuevas", por su aspecto y peso similar a un euro ... alguna vez leí que a cancillería devuelven bolsas de esas monedas los europeos enojados por la estafa ... y después quieren viajar a Europa y que nos reciban con los brazos abiertos! (sin hablar de los lanzas, por cierto).

En el transporte:

Si hasta la evaluación a la gestión de gobierno de Bachelet acusa "efecto Transantiago", cómo no va a afectar al santiaguino común (que es el que veo a diario, sorry gente de regiones). Esa habilidad para poner primero el pie en el escalón, aunque vengan señoras con guagua o viejitas con muletas intentando subir a la micro. Las carreras para achuntarle a las puertas intermedias o traseras para evitar pasar la tarjeta, o pasar cara de raja frente al validador haciendo "bip!" sin sacar la tarjeta del bolsillo.

En el metro se aprovechan de las aglomeraciones para tomar posiciones francamente intimidantes (irse casi encima de una niña, o atraparla contra la ventana) con la excusa de "está lleno". O esos giles (y gilas) que aunque se bajen 10 estaciones más allá, se instalan frente a las puertas para ir verificando el look en el vidrio de las puertas, obstaculizando el paso de toda la gente que necesita bajar.

Con la comida:

Por el lado de los restaurantes, está esa mala costumbre de ir a un tenedor libre a devorárselo todo, para "aprovechar bien la plata". O esos grupos que hacen las tremendas comidas, piden mil y una cosas, el bajativo por cuenta de la casa y luego dejan luca de propina al mesero ... y quieren ser bien atendidos en la siguiente ocasión.

Otra mala costumbre que se ha ido extendiendo es la de comer en la calle, con múltiples puestos de completos, sopaipillas con pebre y mostaza, arrollados primavera o jamón queso, "anticuchos", empanadas de "pino" y queso ... ideal para manchar con aceite, palta o mostaza al vecino en la vereda, para dejar los pasamanos absolutamente grasosos y para compartir esos olores a fritura y cebolla en comunidad dentro de las micros y vagones del metro, generalmente atestados.

Un "shileno" no es "shileno" si no come chicle (o goma de mascar, decirle "chicle" al chicle es como decirle confort al papel higiénico, mala costumbre derivada del uso de una marca), esa golosina que además de hacer doler la guata y las mandíbulas trae aparejadas tantas malas costumbres: la gente que no puede desprenderse de ellos en un basurero o envueltos en un papel y dejan los restos masticados pegados en cualquier lado, o simplemente los tiran al suelo para que el próximo incauto lo pise y luego luche mucho rato por despegarlo de la suela de su zapato. Mucho peor si quedó en un asiento u otro lugar "apoyable" ... ¿hay algo más desagradable que tratar de despegar un chicle de la ropa o del pelo? Agreguémosle el factor "verano" ... uf.

O esa bendita manía de la gente de ir comiendo chile con la boca entreabierta, mascadas cortitas y haciendo constantes globitos que se revientan sonoramente a los pocos segundos ... ¡puaj! (esto lo he visto principalmente en las mujeres eso sí ...)

Y todo un clásico es hacer "perro muerto" ... pero -a mi parecer- esta clásica institución ya va en retirada, con los nuevos modelos de negocio que hacen pagar antes de consumir o los mozos catetes que están todo el tiempo encima ofreciéndote una u otra cosa, o simplemente vigilando ...

La música:

Al "shileno" no le gusta escuchar música solo. Noooo. Si va en auto, pone la radio a todo chancho en la radio "Corazón" y baja los vidrios del auto para que todos compartamos ... aunque no queramos. Si va por la calle, se pone los audífonos del mp3/mp4 a todo chancho, haciendo que sus vecinos escuchen el tssc bum tssc bum del reggaeton de moda. Y si no le alcanza para el mp3/mp4/celular con reproductor, toma su humilde radiocassette a pilas y la lleva con su sonido chicharriento en la micro o incluso en buses interurbanos, total quién quiere ver la película o dormir tranquilo, ¿no? (el metro se salva ... porque no llegan las ondas de radio).

Es habitual también que el "shileno" en su hogar comparta sus gustos musicales con los vecinos, levántandose el sábado temprano a pasar la aspiradora al ritmo de su cebolla favorita, para "alegría" de sus compañeros de pasaje o edificio. Total que para eso se compran los tremendos equipos con chorrocientos mil watts PMPO ... que si es muy bkn, saca los parlantes a la calle para lucirlo también, y que los vecinos escuchen mejor.

Y por supuesto, como los chilenos somos pillos, es muy raro que nos compremos el cd de nuestro grupo favorito ... esperamos el lanzamiento para estar atentos a todos los P2P disponibles (eMule, BitTorrent y variantes) ... para bajarlo! (bueno, yo también lo hago ... no mates la música, respáldala!).

En el cine:

Cuando llegamos a ir al cine, ya que ahora las películas circulan en dvd antes de que se estrenen en las salas locales (aunque sea en cam toda charcha, igual es bkn decir "ya la vi" cuando están hablando del estreno"), primero que todo, buscamos la promoción para que salga la entrada lo más barata posible. Si antes era el miércoles el día a mitad de precio, ahora la oferta se amplía a precios rebajados lunes, martes y miércoles. Además, con boletos de recarga de la tarjeta bip en el metro, con tarjeta Movistar o perteneciendo al club de socios del cine, se puede tener acceso a entradas baratas todos los días.

Una vez dentro, si no se ha contrabandeado un paquete de galletas y una botella de bebida para evitar los precios monopólicos de las cafeterías de cine, se procede a comprar la promoción más conveniente que incluya cabritas y bebida. Y claro, los granos enteros que salen en las cabritas, simplemente se tiran al suelo (si es que no se escupen jugando a hacer puntería) convirtiendo la sala en un crujidero a la salida. Si el asiento de adelante está desocupado, el chileno, cansado de tanto quehacer... pone las "patas" arriba. Y aunque diversas animaciones indican siempre que hay que apagar el celular, no falta el gil imprescindible para el exterior que lo deja prendido, y sale a contestarlo en medio de la función (y eso si es educado, que si no se queda hablando ahí mismo).

En las fiestas:

Porque el chileno es enfiestado y le gusta sacar la vuelta, cuando todavía no se aprobaba el feriado del 17 de septiembre ya se estaba pensando en proponer que el 31 de diciembre también sea feriado. Y si no es feriado, de todos modos se "trabaja" medio día, para hacer el almuerzo de la empresa correspondiente, con el "cotelé" bien abundante.


Apenas dan las 00:01 del 1 de septiembre ya están la mitad de las ventanas con adornos tricolores, y las vitrinas con chupallas y trajes de huaso (hasta en las librerías, peluquerías o clínicas veterinarias). Lo mismo en diciembre, apenas comienza el mes se llenan las calles de avisos luminosos y ramitas escarchadas (como si aquí tuviéramos nieve en navidad).

Y como la fiesta no es fiesta sin comer y tomar hasta morir, el "shileno" se gasta el sueldo, el aguinaldo y el crédito de ocasión en hacer asados, comprar litros de chicha (en los mismos negocios que son ignorados el resto del año ... yo tengo una picá re wena en Guanaco con Einstein, cerca del Santa Laura, la recomiendo absolutamente), mandar a hacer empanadas y visitar las fondas (en diciembre se gasta lo mismo, pero en cola de mono, pavo y regalos). Si es un poco más emperifollado ... se va a celebrar las fiestas patrias fuera de Chile.

Si usted cree que algunas líneas de esta descarga faltan a la verdad ... no olvide que chilenos y chilenas ¡somos chamullentos también!

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