Primero vamos por los cachiporreos varios y avisos de utilidad pública:
-Hoy publiqué mi primer post en el Club De Lulú. Pueden revisarlo aquí.
-Mi súper tema de "Andar de barata por la vida" lo "tomaron prestado" del blog de la revista T Propongo, que se reparte a los clientes premium de Falabella. También pueden verlo aquí.
Claro que aprovecho la mención para enviarle un aviso a los editores: me gustaría que, en caso de haber una próxima, me avisaran "antes" de republicar algo mío y no "después" de hacerlo... pero bueh, es un asunto de ética periodística. Tengo que poner urgente una licencia Creative Commons.
-Tercero, rescataré para la ocasión un post que un día escribí para colaborar con un proyecto blog por ahí, pero como no me pescaron ni en bajada, aprovecho de publicarlo acá.
Vamos con: ¿Eterno Resplandor de Una Mente sin Recuerdos?
Recuerdos.
Recuerdo que cuando vi esa película, quedé pensando varios días. Para quienes no la hayan visto, les arruinaré un poco la sorpresa: Se trata de un chico (Jim Carrey, Joel) con una profunda desilusión amorosa, que se entera que además su ex novia (Kate Winslet, Clementine) había recurrido a un revolucionario tratamiento que borra los recuerdos que uno ya no quiere mantener.
Y así, Clementine ya no recordaba a Joel, ni su existencia y menos que había tenido una relación con él. Y Joel decide hacer lo mismo. Sin embargo, luego de borrarse mutuamente de sus mentes, ellos se encuentran, y se vuelven a sentir atraídos, y se vuelven a involucrar.
Y yo me quedé pensando.
¿Qué derecho tenemos de manipular con la ciencia los misteriosos hilos que mueven nuestras vidas? ¿Sacamos algo en realidad?
¿Qué sacamos con hacer avanzar la ciencia de esa forma, si al final Joel y Clementine "reseteados" se vuelven a encontrar, y vuelven a despertar sensaciones el uno en el otro?
¿Y qué pasa con el aprendizaje? ¿Cómo evitarán los errores que cometieron en su primera relación... si no la recuerdan?
Y hace poco, me encontré con el siguiente titular en el diario:
"Píldora pondría fin a los malos recuerdos"
Ciencia ficción aplicada.
El propanololol, medicamento usado actualmente para tratar la hipertensión, ha mostrado un interesante "efecto secundario". Cito:
"Neurólogos norteamericanos han conseguido reducir los efectos traumáticos de experiencias negativas pasadas en un grupo de pacientes utilizando un medicamento para la hipertensión. Según han demostrado, administrar propranolol a las víctimas de un trauma violento, evita el desarrollo del trauma por estrés postraumático (TPE, por sus siglas en inglés), por cuanto el medicamento modifica la forma en que los recuerdos son guardados en la mente, reduciendo el impacto negativo en la vida de las personas. "
Aclaran en la línea siguiente que la idea no es borrar los malos recuerdos, sino modificar la asociación negativa al guardarlos.
Sin embargo, ¿qué pasa con el "ensuciarse hace bien" que promocionan por ahí?
¿Nos hemos convertido en una sociedad tan cómoda que ni siquiera queremos tener malos recuerdos?
¿Qué pasará con nuestro desarrollo personal si nos evitamos estos "trances desagradables"?
¿Nos convertiremos en mejores personas si nos evitamos las malas experiencias?
¿O comenzaremos a relativizar el bien y el mal en la medida que no nos sintamos afectados por ellos?
Creo que por aquí va la respuesta.
Lo que es a mí, aléjenme a Lacuna, no me den el propanolol. Yo soy yo, con mis cosas buenas y malas, con los buenos recuerdos y con los difíciles. "Ensuciarse hace bien", sin duda. Y yo quiero seguir embarrándome hasta el cuello. Para aprender, para sacar enseñanzas de eso, para ser mejor persona. Para caer y levantarme, para volver a caer y levantarme otra vez, y seguir caminando ... con la frente en alto.