Primero, les quiero agradecer a los que leen mi blog cada dos semanas y hoy me seguían dejando comentarios ... jejeje.

Segundo, prometerles a los que aún me siguen leyendo, aunque no he podido visitarlos... que pronto lo haré! En serio !

Tercero... pa variar, no he tenido tiempo para actualizar mi blog. Además, tengo mil y una ideas en la cabeza y me cuesta decidirme por una como tema para este post.

Por eso, he optado por un "brainstorm", o lluvia de ideas. Descargaré algunas de esas cosas que me andan dando vuelta en la cabeza y así desatoraré un rato mis neuronas. Bienvenidos al remolino!

- Liga de Mujeres contra los elásticos

He visto un comercial que están dando por estos días que habla de la liga de las mujeres contra la gravedad, a propósito de la eterna lucha que damos todas las mujeres contra las cosas que se nos caen constantemente.

Yo propongo algo diferente: una lucha contra aquellas cosas que constantemente nos restringen y aprietan, los elásticos.

Porque a todas las mujeres, flacas o gordas, el elástico del sostén se encarga de inventarnos o resaltarnos un desagradable rollito en la espalda.

Porque cuando una se pone un buzo, para andar cómoda y relajada, el maldito elástico de la cintura se encarga siempre de darnos un look de marraqueta poco sentador.

Porque a muchas cuando chicas nos aplicaron antiguas técnicas de tortura amarrándonos el pelo con elásticos redondos negros o de esos planos blancos, que eran parte de un proceso de tirones, estiramiento forzado y amarrado firme, que se coronaba con nuestra mirada achinada y una cintita blanca ocultando el artificio. Y cuando aún hoy debemos recurrir a sus formas modernas, los "colets", a veces nos traicionan y se enredan en nuestro pelo, lo tironean y lo cortan, obligándonos a hacer contorsiones poco sexys con tal de soltar el pelo atrapado con el menor daño posible.

Porque hasta prendas que parecen inofensivas, como los calcetines o los calzones, funcionan como caballo de troya para este dañino elemento, encargándose de estrujar nuestras pantorrillas dejando poco estéticas marcas, o apretando en exceso nuestras cinturas inventándonos nuevamente unos rollitos que no siempre tenemos. Lo mismo se aplica a las pantys: siempre me las he comprado una o dos tallas más grandes que lo que me corresponde, para evitar el desagradable "efecto humita".

Por eso, aunque a veces los elásticos nos ayuden a superar ese efecto gravedad ... propongo su abolición! Reemplacémoslos por ropa con mejor calce, por suave algodón elasticado... pero no más elásticos!

- Gente Chanta

Me carga la gente chanta.

Me da indignación ajena ver a una periodista de una revista económica "top" en las primeras hojas de la publicación, siendo presentada como "experta en el mercado legal" y gran contratación, luego de haber pasado varios días discutiendo con ella porque no supo hacer su pega, porque hizo las entrevistas por mail, porque no fue capaz de enviar un fotógrafo a conseguir el material que necesitaba, y después tuvo las patas de subirme y bajarme porque no tenía a mano las fotos que debía publicar y ella las necesitaba para ayer ... y al final, después de joderme por las fotos a color ... salieron en blanco y negro.

Me da mucha rabia que alguien invente rumores para llamar la atención, que se otorgue virtudes y atribuciones que no tiene, y se dé el lujo de opinar de cosas de las que no tiene idea. A pesar de todo, yo he sido bastante lady con esta persona (aunque no lo merece) y me da rabia que después de más de 5 años no sepa ponerse en su lugar. Alguna vez le dediqué un post entero, ahora sólo unas líneas: a ti, maldita bitch!

Me carga ir al gimnasio y escuchar todas las veces a las mismas minas en el camarín alegando y alegando contra el gimnasio, el sistema, la administración, etc ... y ver cómo siguen y siguen en el gimnasio todos los meses. O van y se comen los defectos tranquilas, o alegando en el canal que corresponda... o definitivamente dejan de ir, pero que no anden amargando al resto con sus quejas y cahuines!

- Vida social

Tengo susto. Estas últimas semanas han tenido una inusual cantidad de invitaciones y panoramas a distintos lados. Siempre he sido media ermitaña, me cuesta entrar en confianza, hablo entera enredada (por eso el Nico me molesta con Gumucio), vivo lejos y no puedo ir a ningún lado, y me cuesta hacer lazos con la gente. Por eso fue rico haber sido invitada a un cumpleaños triple, ahora a una junta con ex compañeros de colegio y luego a la organización de un paseo a la playa con mis amigos de la U... espero que todo resulte y no sea sólo una oleada temporal de aceptación social, ja!

Eso sería todo ... por ahora.

Ahí me dejó de doler un poco la cabeza!

(Aunque creo que -para variar- me fui de lengua en un comment y hoy recibí un comentario que me dejó plop... siempre cachan mis condoros quienes menos deberían saberlos!! me daré de cabezazos contra la muralla otra vez y repetiré la lección: No nombres tu trabajo ni a gente de tu trabajo en internet!)

He descubierto que existen hilos invisibles entre diversas partes de mí y algunos objetos y aparatos que me rodean. Quizás algunos de ustedes también las hayan descubierto pero temen compartirlas para no ser considerados excéntricos, igual como yo lo hacía con mi teoría de los duendecitos que cantaban en las radios y hacían funcionar los semáforos (sí, yo pensaba que había pequeños seres dentro de la radio que animaban los programas y ponían las canciones, jajaja! Y también creía que algunos amigos de éstos vivían dentro de los postes de los semáforos y cambiaban manualmente las luces que dirigen el tránsito... era una niña con imaginación ya?)

Así que podemos comenzar con:

- Poto/celular (o trasero, para los más pacatos): Comprobable con testigos. Basta con que yo me levante de mi silla con rumbo al baño o la cocina, mis destinos habituales cuando me paro en la oficina... para que comience a sonar la musiquita de mi celular. Puedo estar horas sentada de corrido sin que suene, pero no hago más que pararme e inmediatamente entra una llamada. Pensé que era asunto de poner distancia entre mi cuerpo y el celular, pero comprobé que no llevando el celular al baño ... se puso a sonar en plena faena! (líquida, para evitar confusiones... estoy todo el día sentada tomando agua, no hay otra!).

Y a propósito de lo mismo, la segunda:

-Vejiga/puerta: Me reconozco "pipimaníaca". Por lo general voy al baño o al llegar o al salir de un lugar. Y si llego y salgo apurada a algún lugar, sin ir al baño inmediatamente antes de salir ... basta con que salga hacia la calle para que me den unos deseos casi incontenibles de orinar. Así que me sé muchas picadas de baños limpios y gratuitos, en el centro y provi ... jajaja!

Una conexión característica del trabajo es:

-Sueño/word: Puedo venir súper animosa, leer los diarios en internet, leer y comentar blogs, escribir en el mío, buscar información sobre algún tema ... pero basta con abrir word para ponerme a trabajar para que me baje un sueño ... uf! Desde ahí en adelante, es una lucha convocar a las neuronas para que cumplan su labor ... que para eso les pago!

Y otra típica de las mujeres preocupadas del peso:

-Ganas de comer/dieta: Cuando más firmes intentamos ponernos frente a una dieta, o más necesitamos no comer (por salud por ejemplo ... me ha tocado recientemente)... parece que la comida y las cosas ricas nos invadieran!!! Llueven las invitaciones a comer, abren locales nuevos justo en nuestro camino a casa, sacan productos nuevos con grandes publicidades ... y todos ellos plagados de eso que justo no podemos o debemos comer: grasa, frituras, dulce ... uf!!

Son las que se me ocurren por ahora ...

¿Y tú, tienes alguna extraña conexión?

Creo que los completos más ricos que he probado son los del Dominó, tradicional local santiaguino. Su vienesa de exquisito sabor (sé que están hechas de cachureos animales, pero dentro de un completo rico pasan piola), el tomatito picado, la salsa verde, la americana, su dosis de mayonesa casera ... luego se adorna con mostaza y listo! Una joya culinaria.

Los conozco desde chica. Mi papá y mi abuelo trabajaban en el centro, y me llevaban al que quedaba en calle Agustinas. Es tradición familiar pedir la vienesa completa -como la de la foto- acompañada de ... una leche con plátano!

Cuando volví de Antofagasta a estudiar, me junté con una prima con la que habíamos sido compañeras de colegio ... y la primera invitación que recibí fue a uno de estos locales, a seguir la tradición. La atención grata y rápida que los caracteriza sirve para comer rápidamente, antes de pie, ahora en un taburete alto; también para entablar buenas conversaciones, que se funden en el sonido ambiente que llena estos siempre poblados locales.

Antes privilegio del centro, ahora expandidos a toda la ciudad gracias a las franquicias. El día que me dio el ataque a la vesícula, pasé por una leche con plátano al local de acá de El Bosque. Ya era tarde, y los que atienden estaban en su hora de almuerzo. De postre se habían preparado leche con lúcuma (una exquisitez que recomiendo a ojos cerrados). Y al ver mi cara de poto, el joven me regaló su vaso de leche con lúcuma, además de prepararme una exquisita leche con plátano.

Hoy fue un día duro. Incertidumbre con la isapre y mi cuenta del hospital, llenar un cheque con 6 ceros que espero no se deba cobrar, pelearme por teléfono con una seudo colega que publicará en su revista económica especializada una nota sobre los socios fundadores del estudio de abogados en que trabajo, conseguir una foto que parecía imposible de conseguir. El hambre me mataba. Mi hombre me vino a buscar, y fuimos por algo reconfortante: al Dominó.

Una vez frente al completo, todo se olvida. Se requiere concentración total para abarcar la grandeza de esta preparación y no botar una miga ni chorrearse mucho. Los sabores te absorben, la mente en blanco ... sólo disfrutas. Una mascada por el costado, la segunda por el otro, cuidado con el tomate! masca rápido, mira por atrás que se está cayendo, mmm que está rica la salsa verde, se desarma la torre de ingredientes a la cuarta mascada, colapsa parte del tomate que va a dar al plato y la mesa, quinta mascada tratando de ordenar el naipe, cae el jugo por las manos, estas servilletas son tan malas!, la desconcentración fue fatal y ocurre el segundo derrumbe, octava mascada tratando de aprovechar todo y terminar luego, una mascada por arriba y luego... paf! el conchito a la boca.

Todo solucionado.

When you try your best, but you don't succeed
When you get what you want, but not what you need
When you feel so tired, but you can't sleep
Stuck in reverse
When the tears come streaming down your face
When you lose something you can't replace
When you love someone, but it goes to waste
Could it be worse?

Lights will guide you home
And ignite your bones
And I will try to fix you

Escuché esta canción de Coldplay hoy y fue como "tate!"

Hace días que no escribía porque he tenido harto que hacer y además no he estado de muy buen ánimo.

Después de que me hicieran dos comentarios "correctivos" en posts anteriores, ya no quería escribir. No por el hecho de la corrección en sí -para mí genial aprender sobre las geishas y la historia del vestuario-, sino por el espíritu de ellas y lo que reflejan.

Para mí este blog fue ideado como una herramienta de escape. Como el lugar donde podría escribir de los temas light que me interesan, compartir de alguna forma ideas o pensamientos locos que pasan por mi cabeza, soltar la mano, practicar mis conocimientos web, etc etc. Nunca pensé que llegaría a ser medianamente "conocido", y menos que fuera tomado "en serio".

Es decir... una cosa es que yo sea periodista y otra muy distinta es que el blog sea periodístico. Este blog claramente NO LO ES. Su misma concepción como herramienta de escape está relacionada con la idea de escribir más libremente, lo que esté en mi cabeza. Eso no quita que investigue algunas cosillas, o que trate de incluir datos interesantes. Pero no es su propósito principal.

Mi pega me exige escribir rigurosamente, y de temas bien técnicos (manejo un newsletter de temas de libre competencia y mercados regulados). Me puedo cachiporrear de hacer un buen trabajo, reconocido por los abogados del estudio en que trabajo y por los que reciben el newsletter. Y me ha costado retomar el ritmo luego de mi licencia. Estoy sufriendo una especie de bloqueo interno, con la gente, con la pega, con los cambios, con todo.

Cuando escribí la vez pasada que me daba lata volver a trabajar, alguien puso así como "agradece que tienes un trabajo". Lo agradezco mucho y todos los días, porque lo encuentro bueno, y me ha permitido hacer muchas cosas que en otro lado no imaginaría. Pero eso no me quita el bloqueo, y es triste tener que "darle pa delante" no más porque lo necesito, y no sólo lo necesito yo, sino que -sobre todo- lo necesita mi familia. Pero yo pensaba que no tenía por qué hablar de estas cosas en un blog cuya propósito es el relajo, que intenta aportar frescura y liviandad. Y me da lata sentirme atacada por querer provocar una sonrisa en quienes me lean, independiente de lo que yo piense, sienta o esté pasando.

Así que eso chiquillos y chiquillas. Sentía que necesitaba hacer este descargo y/o aclaración, para así "exorcizar" mi bloqueo con el blog. Por algún lado hay que partir ¿no?

Para la próxima vendrá algún nuevo "huequerío" de mi parte. Ahora no les sacaré una sonrisa, pero quizás motive alguna reflexión.

Y por último, al que no le gusta ... Alt F4.