Porque AmyLuna no sólo escribe cosas light, también tiene su corazoncito, les contaré algo que me pasó hoy que me dejó absolutamente pegada.
Esta mañana me fui a comprar un notebook nuevo. Me junté temprano con mi "este", fuimos a la tienda, salió todo bien y me dispuse a volver a la oficina con mi cajota. Hicimos parar el primer taxi que pasó por Providencia. A veces los taxistas, los choferes de micro, la gente que nos atiende en un negocio, nos son visibles sólo por su función, no por ellos mismos ... me captan? Uno no recuerda sus caras, e interactúa con ellos según un esquema pre determinado. "Buenos días, vamos a tal parte, vaya por aquí". Listo.
Venía con minifalda y miré feo a mi este porque me hizo subir primero (cuesta subirse a un taxi con falda corta sin exponer nada más de lo necesario). Recién en el asiento me fijé que conducía una mujer. Y venía como despeinada.
Le dijimos hacia dónde nos dirigíamos y comenzó el viaje. Yo venía contenta, primera vez que me compraba un equipo "nuevecito de paquete" (el anterior era "refurbished", o sea como reciclado), mi este me instalaría los programas necesarios y podría disfrutar de él esta misma noche. Él está entusiasmado, se quiere comprar uno igual. Veníamos conversando de lo mejor, mientras la señora respondía un llamado a su celular. La escuché decir resonancia magnética, operación, entre otras cosas (no puedo evitar escuchar conversaciones ajenas). Cuando la señora colgó, nos dice "Ojalá me den la suerte". No tenía buen tono de voz.
Le pusimos atención. Nos dijo que había trabajado toda la noche y estaba muerta. Ya eran las 10 am, o sea, esta señora había pasado de largo. También pensé en lo peligroso que debe ser para una mujer sola trabajar taxeando en la noche ... cuántas veces no vemos en las noticias casos de asaltos y asesinatos a taxistas por unas pocas monedas o por quitarle el auto.
Nos dijo que tenía a su hija enferma. Preguntamos qué le pasó. La respuesta me dejó para adentro: "Se cayó de una escalera y se quebró la columna en dos partes". Uf. Cumplirá 4 años en noviembre. Necesita hacerle hoy una resonancia magnética y no tiene el dinero. Ni siquiera lo pensó cuando decidió quedarse trabajando toda la noche. Y seguiría, porque la cosa estaba floja. Aún no tenía la plata suficiente, y en el hospital no le quisieron dar ningún plazo ni facilidad para pagar el examen que su hija necesitaba.
El riesgo de invalidez es grande, pero las posibilidades de recuperación también. Se ve cansada. Yo no sé qué decir. Mi este atina un poco más, le pregunta si la niña no va a un colegio o algo como para hacer una colecta. Ella dice que no, aún era muy chica. Su hija sólo cuenta con ella.
El viaje era bastante corto y llegó la hora de bajarnos. Mi este le pasó $5000 en vez de los $1000 de la carrera, pero ella preguntó si no teníamos más sencillo. Nos achunchamos. Le pasé la luca. Nos bajamos.
Subimos el ascensor en silencio. Nos sentamos a trabajar. Después mi este vino a mi escritorio y me dijo "La cagamos". Yo sentía lo mismo. Venía con el pecho apretado y la boca amarga. Podíamos haberla ayudado, debimos haberla ayudado, y no lo hicimos.
Podíamos haberle pedido un teléfono, preguntarle en qué hospital estaba su hija, hacer una colecta en la oficina, llamar a algún programa de ayuda, no sé! tantas cosas. Pero no le pedimos ningún dato. Nos shockeamos con el drama. Nos agilamos. Y ahora nos sentimos culpables.
Pero la oportunidad ya se nos fue.